cuandolasmujeresmanden: El “Gran cambio” es un mito, al menos en lo que a mí se r
cuandolasmujeresmanden: El “Gran cambio” es un mito, al menos en lo que a mí se refiere. Algo que está muy bien para enseñar Historia a las niñas en los colegios, pero no tan trascendental e importante como pretenden que fue. En mi caso, el “Gran Cambio” consistió en llegar a casa y decirle a mi marido, mientras fregaba el suelo, que ahora mandábamos las mujeres. El me respondió con un escueto “sí, madame” y luego me pidió permiso para seguir con su tarea. ¡Por la Diosa! Si nosotras hacía mucho tiempo que ya mandábamos. En mi entorno no se concebía otra cosa. Todas mis amigas ganaban más que sus esposos, la mayoría les habían prohibido trabajar. Con lo que ellos ganaban entonces apenas llegaba para pagar un buen asistente doméstico. Ese es otro detalle. De niña siempre había visto a mujeres realizar ese tipo de trabajo; ahora sólo lo desempeñaban hombres. En mi oficina el último hombre se había jubilado años atrás. ¿Policías? Casi todos eran mujeres. ¿Cuántas presidentas de Gobierno llevábamos cuando llegó ese “Gran Cambio”? ¿Cuatro? Al día siguiente me tomé el día libre siguiendo el consejo de las autoridades. Todos los canales informaban de lo que estaba pasando, pero para mí era como una película que ya hubiera visto. En serio. A mi marido tampoco le afectó mucho. Por la noche pude hablar con amigas y compañeras de trabajo, y te aseguro que lo vivieron tal como lo viví yo. Al menos, la toma del poder por nuestra parte nos sirvió de excusa para celebrar una fiesta. Rocío Larrañaga, Cuando las mujeres tomaron el poder, Burgos, 2042 -- source link