luafermo: Froto mis manos, expectante, contra los muebles para sentir que les saco el jugo, de cada
luafermo: Froto mis manos, expectante, contra los muebles para sentir que les saco el jugo, de cada mármol y madera, para servirte en un mantel cada uno de los banquetes que soñar comer. No te atreva a decirme qué es digno o lo que serviría para qué, cuando bien yo sé armarte los versos y la cama también. Y podría seguir cuantas cuentas del rosario en las que prometerte: ser pura, honrosa y fiel, con tal de que corresponda en algún esquema de scene al cual nunca aspiré a pertenecer. Pero ese ver más me hizo mirar lo mismo que vé toda la gente común, corriente en cada río, risa, a diario entre la gentuza. Se siguen los caminos de hormigas, para que la servidumbre a su majestad le siga entregando lo mismo que le aquejumbra y privilegia. Y ahí te ves, como el fruto de mi deseo, la manzana que me sacó del Edén, una vil serpiente, llena de veneno por la que me relamo y al mismo tiempo me niego a morder porque prefiero estar atada por la flores, a que presa de tu someter, más vale libre que llena y colapsada de tu índole, la misma que cuelga entre tus piernas y sobre tu piel crece, invadiendo mi espacio, todo hueco de mi ser con tal de llenar los agujeros que tanto en mi físico, como en mente ves. Es tan solo el reflejo de lo que te completa, lo que no te permitieron ser o mismo esa dimensión profunda que te causa tanto rechazo como codicia por absorber. No es mi culpa que del mismo lugar sobre el que te sentas está toda acumulada esa impotencia, nadie ni yo te vamos a dar ese trono en el que te empoderás y cuando menos te lo esperes te vas a dar cuenta que la única Piedad o aliento que te queda es piramidal y en la cúpula está la misma clase de puta que dió lugar a tu existencia. #Poemayo n*13 -- source link
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