1921 07 17 Igueriben - Ferrer DalmauDurante el avance del general Fernández Silvestre, comand
1921 07 17 Igueriben - Ferrer DalmauDurante el avance del general Fernández Silvestre, comandante general de Melilla en la primavera de 1921, la posición de la colina de Igueriben protegía, junto con la de Talilit e Intermedias A y B, los alrededores de Annual, campamento base español. Fue establecida el 7 de junio y componían su guarnición 316 hombres, pertenecientes al Regimiento de Infantería de Ceriñola. Estaban apoyados por la 1.ª Batería del Mixto de Artillería con cuatro piezas Schneider, cuatro máquinas Hotchkiss de la compañía de ametralladoras de posición y varios soldados de la compañía de telégrafos de campaña, junto a un puñado de policías indígenas. A primeros de julio quedó al mando de la guarnición el comandante malagueño Julio Benítez Benítez.En el lienzo de Ferrer-Dalmau puede verse lo más característicos de la posición, tal y como la dibujó el único oficial superviviente de su defensa, el teniente Luis Casado, que años después escribiría un libro sobre lo sucedido: Un parapeto, que se inició con piedras de la propia colina a primeros de junio y que fue perfeccionado posteriormente por tropas de Ingenieros. Tenía, aproximadamente, la altura de un hombre, estaba aspillerado, coronado por sacos terreros y rodeado por una alambrada clavada sobre estacas de madera. En el centro del recinto se hallaban las clásicas tiendas cónicas, con funciones de puesto de mando, enfermería y dormitorio. A ambos lados de la entrada se situaban las ametralladoras, mientras que las piezas de artillería se emplazaron en la parte opuesta de la posición.Desde la primera semana de julio de 1921 se produjo en la zona, inesperadamente, la irrupción de un verdadero ejército de cabileños hostiles, liderados por Abd-el-Krim. Igueriben quedó cercada y hostigada por el fuego enemigo. El problema más grave para los defensores sería la falta de los víveres y el agua, que eran proporcionados periódicamente desde Annual y que el certero fuego de los rifeños obligó a interrumpir. Los de Igueriben fueron agotando los suministros, a la par que aumentaba el número de heridos. Ante la gravedad de la situación, se organizaron varios convoyes de auxilio, que, para ascender por aquellas serpenteantes sendas, tuvieron que marchar fuertemente escoltados. Hubo que desarrollar verdaderas operaciones de combate bajo un intensísimo tiroteo enemigo para conseguir alcanzar la posición.Nuestro artista ha representado en su obra la llegada del convoy de Igueriben del día 17 de julio de 1921. Iba compuesto por hombres del Parque Móvil de Artillería al mando del teniente Ernesto Nougués Barrera y de la 1.ª compañía de Intendencia del alférez Enrique Ruiz Osuna. Como escolta contaban con el escuadrón de Caballería de Regulares n.º 2 del capitán Joaquín Cebollino Von Lindeman. Las mulas transportaban, sobre todo, barricas con agua y algunas municiones para los cañones y las armas ligeras.La marcha del convoy resultó una auténtica odisea, en la que los Regulares fueron relevándose en un avance escalonado, ocupando una tras otra sucesivas alturas, bajo un intenso fuego de los harqueños que les produjo numerosas bajas de soldados y oficiales. Las proximidades de la posición estaban batidas eficazmente por un enemigo que disparaba agazapado y protegido desde la cercana Loma de los Árboles. Los últimos metros del avance fueron liderados personalmente por el capitán Cebollino. La columna consiguió alcanzar Igueriben gracias al fuego de apoyo y el sacrificio de los Regulares, pero también -y eso es lo que quería realzar en su composición nuestro pintor-, a la abnegación de los soldados de reemplazo.En el lienzo vemos a los defensores tras el parapeto, liderados por Benítez, que, como relata Casado, sin descanso dirigió la defensa, atendiendo a todos los frentes y elevando la moral de las tropas -- source link
#ferrer dalmau