simplehistoria: “Una historia para Ben” es la nueva historia que estoy escribiendo. Es u
simplehistoria: “Una historia para Ben” es la nueva historia que estoy escribiendo. Es una historia corta y con narrativa simple que seguro les gustará” -Alejass. _____________________-¿Y por qué no lo hiciste, tío? –pregunté un poco molesto.-Las cosas en mis tiempos eran más complicadas, Lirán. No lo entenderías.-Pues no, no lo entiendo, ¿por qué dejó pasar esa posibilidad de ser feliz?Mi hermano menor, Gabriel, entró corriendo a la sala y se lanzó a las piernas de mi tío. Él lo levantó en sus brazos y dio unas vueltas con él, ambos reían. Mamá entro segundos después un poco molesta, Gabriel traía las manos llenas de lodo y las dejó marcadas en la playera de mi tío. Cuando mamá se lo llevó y nos quedamos solos nuevamente…-¿Y? -¿Qué? –respondió con otra pregunta.Lo vi por unos instantes, manteniéndome serio.-En la vida real la felicidad no muchas veces la mejor opción –sus ojos parecían tristes y contradecían completamente la sonrisa de sus labios.-¿Puedo saber más de él? –procuré suavizar el tono de mi voz, estaba siendo más cruel de lo que pretendía y un hombre como mi tío no se lo merecía.-¿Por qué quieres algo como eso?-Quiero entender por qué mi tío dejó marchar su felicidad. Saber qué fue lo que dejó ir.-¿Qué te contó Alexa?-¿Mi madre? No sabe nada, sabe que amabas a ese chico pero ni siquiera sabe cómo se llama. Dijo que nunca contabas nada a nadie.-Eso es verdad –aceptó con una ligera risa-. Las cosas en secreto se viven mejor. Son más emocionantes, más apasionantes… pero llega el día en que los secretos se vuelven en contra de uno, pesan y pesan mucho, exigen su libertad y si no los liberas te destruyen. Ben se negó a librarse de ese secreto, ya te imaginarás lo que sigue.Así que el nombre de aquel chico era “Ben”; el corazón se me subió hasta la garganta, quería preguntar, saber todo de aquel chico.-Necesito cambiarme esta playera. Ve a la cocina que tu madre debe estar preparando ya la cena. En cuanto salió y me dejó solo, corrí hasta el auto y saqué el viejo cuaderno que a todos lados me acompañaba. Traté de imaginar cómo fue el amor de mi tío, que le impidió estar con ese tal Ben. No tenía ni la más mínima idea. En una hoja limpia escribí lo que él dijo:“En la vida real la felicidad no es muchas veces la mejor opción”. ¿Por qué mi tío pensaba de esa manera?≈≈≈Después de la cena mi padre dijo que era hora de irnos, él y mi tío Sam se llevaban muy bien, coincidían en muchas cosas y una de ellas era el amor que tenían por la misma familia. Por mi familia.Mi madre se despidió de su hermano con un abrazo, mi papá con apretón de manos y mi hermano y yo como siempre lo hacíamos: con un beso en la mejilla.-Recuerde que usted tiene algo que contarme –le dije con una sonrisa.-Ya veremos, Lirán, ya veremos.El auto se alejó de su casa y él entró a su solitario hogar. ¿Por qué eligió la soledad?-Me quedaré en casa de mi tío Sam este fin de semana.-¿A quién le pediste permiso? –la pregunta de mi padre fue la primera en llegar.-A mi tío Sam –mentí.-¿Y acaso él es tu papá?-No, es mi tío, por desgracia –respondí procurando que la realidad se disfrazara de broma-. ¿Puedo quedarme, mamá?-Si Sam está de acuerdo está bien. Primero debes preguntarle a él.Llegando a casa bajé casi corriendo y tomé el teléfono. Me sabía de memoria el teléfono de su casa y ya era capaz de marcarlo sin necesidad de ver las teclas numéricas. El teléfono timbró una, dos, tres y en la cuarta fue donde mi tío respondió.-¿Qué pasó, Lirán? –su voz parecía divertida.-¿Cómo supo que era yo?-No lo sé, sólo adiviné.Ambos reímos y cuando ya estábamos un poco más tranquilos me atreví a preguntar.-¿Puedo quedarme en su casa este fin de semana?-Claro –su respuesta fue instantánea-. ¿Para qué?-Sólo quiero pasar tiempo con mi tío favorito.-Soy tu único tío, Lirán –espetó con una sonora carcajada.-¿Y aun así me pregunta el porqué? –Agregué un poco de indignación a mi voz-. Que no tenga competencia no quiere decir que pueda dejar de ser mi tío favorito.-Está bien, está bien, ¿tu madre está de acuerdo? ¿Tu padre?-Sí, sí, ya conseguí el permiso de los dos.-Bueno, paso por ti el viernes.-¿Puede ser después de la escuela?-Liráááán…-Por favoooor.Volvió a reír. Amaba escucharlo reír, su risa era aguda y contagiosa.-Te espero en la puerta, no tardes que no puedo dejar la librería mucho tiempo sola.-No, no. Gracias, gracias, gracias…-Ya, ve a dormir que mañana debes ir a la escuela.-Gracias, tío Sam, nos vemos el viernes.-Hasta el viernes.Corrí hasta el cuarto de mis padres, gritando que mi tío Sam había aceptado, primero recibí un regaño porque desperté el pequeño Gabriel y al final su aprobación. Ahora sólo faltaba encontrar la manera de sacarle a mi tío esa historia.≈≈≈El viernes al finalizar la última clase guardé todas mis cosas en tiempo record y corrí…-¿Por qué siempre estás corriendo? –me preguntó Sam cuando llegué hasta su camioneta.-Porque mi tiempo no es suficiente –respondí jadeante. Con cuidado quitó la mochila de mis hombros y la puso en el asiento del copiloto. Subí por la otra puerta y la camioneta emprendió la marcha.Espere hasta que mi respiración regresara a la normalidad y dejé salir la pregunta:-¿Cuántos años tenía cuando conoció Ben?Una sonrisa se asomó entre sus labios y de ellos brotó algo que no fue la respuesta.-Tardaste más de lo que esperaba. En cuanto me dijiste que querías pasar el fin de semana en mi casa sabía que era por esto.-¿Entonces por qué aceptaste? –pregunté confundido.-Creo que ya es hora de liberar este secreto –frunció la frente como siempre hacía cuando estaba buscando las palabras correctas para decir algo, pero esas palabras nunca llegaron. Y yo no pregunté más.Mi tío Sam era dueño de una pequeña librería en un centro comercial, tan solo tenía un par de años con ella y parecía el hombre más feliz cuando estaba ahí. Se puso detrás de un mostrador y desde ahí me lanzó uno de los tantos libros que estaban encima.-Deberías leer este, es muy bueno.-Gracias.Me fui hasta un pequeño sillón que estaba en la orilla del local y me puse a leerlo. Leí sólo las primeras páginas antes de ponerme a escribir en mi cuaderno. No tuve mucho éxito. Mi cabeza solo estaba centrada en una historia que ni siquiera conocía. En el transcurso de la librería a casa no se mencionó a Ben… y en realidad no se mencionó nada. Todo era silencio. El entró directo a la cocina y yo dejé caer mi mochila en uno de los sillones de la sala. La casa del tío Sam me era tan familiar como la mía. -¿Qué te apetece para cenar? –preguntó desde la cocina.-No lo sé –respondí muy bajo, sin intención de que él me escuchara. Temía que la idea de venir a su casa no fuera tan buena como aparentó al principio. Fui hasta la cocina y me senté en el suelo junto a la nevera. Ahora me sentía triste y no entendía el motivo. Parecía que la tristeza estaba en el aire y con cada respiro entraba en mí y me incitaba a llorar. Cenamos juntos y esta vez también estaba todo en silencio. El único sonido provenía de las cucharas al estrellarse con los platos. Mi tío Sam me veía y me sonreía pero no decía nada. Comí por obligación y no porque tuviera apetito.-No tengo hambre, tío, ¿puedo bañarme?-Sabes que sí, esta es tu casa.Me levanté y puse mi plato en la barra dónde ya había dos platos sucios. Fui hasta el baño del segundo piso y entré al chorro de agua sin esperar a que saliera el agua caliente. Minutos después estaba en una de las habitaciones que ya parecía mía. Había unos cuantos libros que me había regalado, algunos cambios de ropa y hasta un pequeño escritorio donde me gustaba escribir.Mi mente comenzaba a divagar por la brumosa inconsciencia cuando la puerta se abrió.-Tenía dieciséis años cuando lo conocí. Wattpad: http://w.tt/1SeexTe -- source link
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