lasmicrohistorias:Le escribo “mi aquí es donde estás tú”. Doblo correctamente la ropa y la meto a la
lasmicrohistorias:Le escribo “mi aquí es donde estás tú”. Doblo correctamente la ropa y la meto a la maleta. Supongo que de ahora en adelante siempre estaré allá, donde no está su voz ni su boca ni su cuerpo. “Mi aquí es donde estás tu”, escribo y suena a una sentencia. Pido un Uber, me siento en los escalones de afuera de la casa. Divido infinitamente los cinco minutos que marca la app para que llegué por mí un automóvil Spark y me llevé a la terminal y finalmente deje de estar “aquí”, en donde ella, en donde conocí su nombre y su aroma. En este semidesértico poblado que se quedó congelado en el siglo XVIII, o XV o tal vez mucho antes. Reviso otra vez el enunciado: mi aquí es donde estás tú. Suena a vértigo, a apocalipsis, a desesperanza y sobre todo a ausencia y desamparo.En algunos minutos más me subiré al bus, me dormiré y despertaré en el futuro, en el centro del universo, en el caos. -- source link